Cosas bonitas y bien hechas
El concepto bonito lo hemos tomado de la cultura Muisca de Colombia, quien alude con éste a todo aquello que es significativo y trascendente. No es sólo alusivo a la belleza estética, sino al pensar bonito: es decir con una mirada mística, bondadosa y espiritual, que incluye el dolor y la adversidad, pero que los trasciende con sentido espiritual.
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Un amorista hace cosas bonitas, aunque no estén exentas de dificultades y dolor, porque va dejando huellas en el mundo que generan vida y verdad
Sin embargo, no basta con hacer cosas bonitas, sino que como Fundación invertimos mucho tiempo y recursos en hacerlas bien. Con ello nos referimos a ser competentes, profesionales, responsables, atingentes y consecuentes.
Hacer cosas bonitas y hacerlas bien es una tarea cotidiana que no se mide ni en número, tamaño ni popularidad, sino cuánto amor y energía se ha puesto en ellas para tocar el corazón de las personas y poderlo transformar en su mejor versión.